Fue muy fuerte, porque al principio del cubo de basura encontraron otros gatitos. Pero al final vieron algo que pensaban que ya estaba muerto… Y justo era el gato más pequeño que estaba ahogado.
Esta es la forma que tenía. Aquí es cuando estaba junto a su madre.
Era impresionante: estaba vivo. Lo llamaron Stuart Little. Esta terriblemente deshidratado, perdía pelo y tenía los ojos completamente infectados.
Tenía entre 2 y 3 semanas de vida y pesaba menos que un recién nacido. Pesaba unos 8,5 gramos.
Le empezaron a lavar los ojos con una solución salina y lo entubaron para que se alimentara.
Al cabo de una semana de ser rescatado, ya pesaba el doble. Y también comenzó a tener pelo y aspecto de gatito… Ahora ya no parecía una rata.
En esta foto ya vemos como Stuart se empieza a mover y juega con uno de los otros gatitos que se encontraron en la basura.
La madre de Stuart seguía muy estresada y no le amamantaba. Por suerte, esta otra gata le hizo de madre y Stuart continuó mejorando.
Bessie empezó a tomarle más y más cariño y siempre le mimaba.
Stuart tenía este otro hermanito de pelaje claro que también encontraron en la basura. Detrás esta su mamá que poco a poco los fue cuidando más.
Al cabo de 6 semanas, tenía aspecto de gatito, pero solo en la cabeza… Todavía tenía que ganar mucho peso.
Empezó a seguir el ejemplo de su mamá adoptiva y comió su primera comida sólida.
Aquí tienes una barra de labios para que tengas una idea de lo pequeño que era.
Al cabo de 8 semanas ya llegó a pesar 28 gramos.
Aquí ya hacía 12 semanas que estaba en la casa y era todavía muy tímido y sólo pesaba 60 gramos.
Cuando empezó a estar realmente sano sorprendió a todos con un elegante pelaje.
Su hermano Gravy estaba contento de poder contar con su compañía… Lo normal es que hubiera muerto.
Y después de este fatigoso viaje, Stuart encontró un lugar acogedor para pasar el resto de su vida.
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